El 13 de junio de 2024, el Parlamento Europeo y el Consejo aprobaron la Directiva (UE) 2024/1760, conocida como la Directiva sobre Diligencia Debida de las Empresas en Materia de Sostenibilidad (CS3D). Esta normativa tiene como objetivo principal obligar a las grandes empresas a integrar de manera efectiva los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en todas sus operaciones y cadenas de suministro. Sin embargo, su impacto no se limitará únicamente a las grandes empresas; también tendrá repercusiones significativas en las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) que forman parte de sus redes comerciales.
La Directiva CS3D establece un marco legal claro que exige a las grandes empresas identificar, prevenir, mitigar y remediar los impactos negativos que sus actividades pueden tener en los derechos humanos, el medio ambiente y la sociedad. Esto incluye la obligación de llevar a cabo un análisis exhaustivo de los riesgos relacionados con la sostenibilidad en todas sus operaciones y en su cadena de suministro, así como la implementación de estrategias efectivas para abordar estos desafíos.
Para alcanzar estos objetivos, la directiva impone una serie de obligaciones específicas que las grandes empresas deben cumplir, las cuales se pueden resumir en tres pilares fundamentales:
- Diligencia debida: Las grandes empresas deberán evaluar los riesgos de sostenibilidad, considerando tanto el impacto ambiental como los aspectos sociales y de gobernanza, y tomar medidas proactivas para prevenir cualquier daño.
- Transparencia: Estarán obligadas a informar de manera regular sobre sus políticas y las acciones adoptadas para cumplir con los criterios de sostenibilidad, fomentando una mayor rendición de cuentas y permitiendo a los consumidores y a otras partes interesadas evaluar su compromiso real con la sostenibilidad.
- Responsabilidad total: La legislación implica que las grandes empresas serán responsables no solo de sus propias acciones, sino también de las de sus proveedores y socios comerciales, creando un efecto cascada que obliga a toda la cadena de suministro a alinearse con los principios de sostenibilidad.
Por ello, aunque la CS3D se aplica principalmente a las grandes empresas, su implementación tendrá un efecto indirecto significativo sobre las PYMEs. A medida que las grandes empresas comiencen a exigir a sus proveedores y socios comerciales que cumplan con los estándares de sostenibilidad establecidos por la normativa, las PYMEs se verán inducidas a adaptar sus operaciones y prácticas para mantener su lugar en la cadena de suministro.
La Directiva CS3D representa es un hito significativo en la regulación de la sostenibilidad empresarial en Europa, exigiendo a las grandes empresas asumir un papel activo en la promoción de prácticas responsables y sostenibles. Sin embargo, el impacto indirecto en las PYMEs es innegable. Las PYMEs deberán prepararse para este nuevo entorno, adaptándose a las exigencias en materia de ESG que las grandes empresas establecerán.
Si bien este proceso puede parecer un desafío, también abre la puerta a nuevas oportunidades. Las PYMEs que demuestren un sólido compromiso con los principios ESG no solo fortalecerán su reputación, sino que también se posicionarán favorablemente para colaborar con grandes empresas en busca de socios responsables y éticos.