Como consecuencia de la reforma fiscal de China en el marco del 12º Plan Quinquenal (2011- 2015), el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) reemplazará progresivamente al Impuesto sobre el Negocio, generalmente denominado Business Tax. Shanghai ha tomado la delantera en la reforma del IVA después de haber instituido desde de enero de 2012 un Programa Piloto de Reforma para el sector del transporte y seis industrias modernas de servicios tales como los servicios de información y tecnología o los servicios creativos y culturales. La reforma se ha extendido a otras provincias como Beijing, Jiangsu o Guangdong. Durante el año 2013 se sumarán otras áreas, extendiéndose el proyecto piloto a otros sectores en todo el país. Tiene previsto aplicarse en los sectores de las telecomunicaciones y el transporte ferroviario, así como en las industrias de la construcción y la instalación.
La razón principal que ha motivado el cambio es que el impuesto sobre el negocio no contiene ningún mecanismo de devolución, de manera que los costes tributarios que aparecen a lo largo de la cadena de valor son asumidos por las empresas lo cual genera un efecto multiplicador que reduce los márgenes de las empresas y aumenta el coste del servicio para el consumidor final. Además, generalmente grava las exportaciones lo cual minora la competitividad de los exportadores chinos en el mercado internacional. En cambio, el IVA es un impuesto compensable que incorpora el coste asociado al valor añadido en cada eslabón de la cadena de valor.
Por otro lado, esta medida va a aumentar la capacidad recaudatoria de la Hacienda Nacional china (National Tax Department), que actualmente gestiona la recaudación del IVA. Hasta el momento la recaudación del Business Tax era llevada a cabo por la Hacienda Local (Local Tax Department).