Qué es el Metaverso y cuáles podrían ser sus implicaciones legales

El metaverso o mejor dicho los metaversos están de moda. Tras el cambio de denominación de Facebook por Meta parece que la idea del metaverso renace. Acordémonos que “Second Life” nació en el 2003, hace ya casi 20 años, por lo que no se trata de una idea nueva.  Pero, ¿qué se entiende por metaverso? Se atribuye  la acuñación del término al escritor Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción “Snow Crash” publicada en 1992. En su novela describía  avatares que interactuaban en un mundo digital en 3D. Se entiende por metaverso, un mundo virtual al cuál las personas nos conectamos a través de avatares, para convivir y relacionarnos entre nosotros. A día de hoy y teniendo en cuenta que la idea no es nueva ya existen indicios de metaversos, como lo son los juegos Fortnite o Minecraft.

La idea renovada de metaverso, va más allá en la búsqueda de un multipropósito, es decir, que sirva para todo mediante una combinación de tecnologías que facilitan esa posibilidad. El 5G, la realidad virtual, realidad aumentada, y el propio blockchain con la posibilidad de la tokenización de activos y los NFTs, hacen posible que las personas en un futuro próximo puedan vivir dentro del metaverso;  trabajen, naveguen, jueguen, se relacionen, utilicen las redes sociales, se eduquen, etc.  En definitiva que sea una extensión digital de su vida física, que cambien la pantalla de su móvil o su tableta, por una integración en el metaverso, con lo que la línea que separa el universo físico del digital se difuminará un poco más.

Se espera que los metaversos alcancen su popularidad en un plazo de entre 5 a 10 años, y son varias la compañías tecnológicas que pujan por crear el metaverso más atractivo, en el que al final vayamos a parar todos, el próximo google. Meta se estima que ha invertido hasta el 2021, 28.500 millones de dólares y Bloomberg estima que el negocio alrededor del metaverso moverá en el 2024, unos 800.000 millones de dólares.

Las implicaciones del metaverso para la comunidad legal son enormes y abarcan todas las ramas del derecho. Aún es temprano, pero en caso de que el metaverso llegue a consolidarse, tanto los legisladores como los abogados deberemos entender bien su funcionamiento tanto para resolver los conflictos que se produzcan en el mismo, como para regular las relaciones que nazcan y se desarrollen ahí. 

Veamos algunos ejemplos. En algunos metaversos (“Sandbox, Decentraland”) ya es posible comprar parcelas y no solamente comprarlas sino realizar en ellos proyectos inmobiliarios. Por algunas de estas parcelas se han pagado precios que ya superan  a los del mundo real en muchos países. Hace poco ha sido noticia la venta de una parcela por 450.000$, así como el pago de 2,5 millones de dólares por varias parcelas en una calle digital para establecimientos de moda. Entonces, ¿Sera posible hipotecar esas parcelas? ¿Podrá haber arrendamiento?, ¿y subarriendo, cesión, usufructo, o servidumbre?

En “Decentraland”, un metaverso en blockchain, la comunidad puede votar para tomar decisiones que luego se adoptan pormayoría, por ejemplo el mes pasado se prohibió poder usar el nombre Hitler en el Decentraland (Gano la prohibición 61% a 39%), votaron unas 290 mil personas, casi la mitad de votantes que hubo en las elecciones a la alcaldía de Barcelona de 2019, y eso que Decentraland se encuentra en sus inicios. ¿Qué tipo de votaciones podrán realizarse en el metaverso? ¿La mayoría de habitantes del metaverso podrá entonces imponer su voluntad o exisitirá algún tipo de control externo?

En los metaversos se contempla que las personas trabajen de forma continua, y en algunos ya se ofrece trabajo puntual para el diseño de NFTs (ropa, complementos, incluso yates) Si trabajamos en el metaverso para una DAO (Organización autónoma descentralizada), tendremos que cumplir con la normativa laboral. ¿Cómo deberá de ser un centro de trabajo virtual? ¿Se podrá inspeccionar un centro de trabajo en el metaverso?

La casuística es enorme y abarca todo tipo de relaciones en las que los humanos interactuamos, cuanto más parecida sea la interacción en el metaverso a la del mundo real mayores serán las implicaciones legales  en el metaverso. 

En conclusión, no sabemos si al final las tecnológicas tendrán éxito en arrastrarnos o no al metaverso, pero si así acaba siendo, los abogados deberemos estar preparados para poder dar una respuesta legal. 

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