Las hipotecas multidivisas y su relación con la decisión de Suiza del 15 de enero de 2015

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El jueves 15 de enero, el valor de la moneda suiza experimentó una apreciación significativa respecto al euro. Ocurrió cuando el Banco Nacional Suizo anunció que ya no compraría euros para mantener en 1,20 el valor del franco suizo frente al Euro. A continuación la moneda única cayó un 28 % frente al franco suizo en un solo día.

La depreciación del euro respecto al franco suizo va a agudizarse en los próximos meses, por la tendencia previsible del valor de ambas monedas. La tendencia a la apreciación del franco suizo ya se daba cuando el Banco Central Europeo hacía todo lo posible por mantener un euro fuerte  (por eso el  Banco Nacional Suizo compraba euros). Pero la política del Banco Central Europeo ha dado un giro de 180 grados. La medida anunciada el pasado día 15 supone una inyección de euros que en términos relativos supera a la inyectada en su momento por el Banco de Inglaterra o el Banco de Japón.  Por tanto, a partir de este momento el euro va a experimentar, necesariamente, una importante depreciación y el franco suizo no sólo va a recuperar su tendencia a la apreciación sino que la va a incrementar.

Como siempre ello tendrá consecuencias muy diferentes para los agentes económicos dependiendo del caso concreto. La noticia es catastrófica para aquellos que tienen una deuda en la divisa extranjera revalorizada. En el caso de las hipotecas multidivisa otorgadas en los años de bonanza, las monedas extranjeras estipuladas eran, normalmente, el yen y el franco suizo. La actual coyuntura económica ha dejado a estos últimos en una situación muy comprometida, aunque la depreciación del euro también va a afectar a los primeros.

La especulación con los tipos de cambio de divisas con una deuda a largo plazo, como es el caso de una hipoteca, no es una buena idea. Y si es una deuda que se contrae para adquirir un bien de primera necesidad, como una vivienda, menos todavía. Es desaconsejable porque en un escenario muy largo, las posibilidades de que a lo largo de la vida del contrato se dé una coyuntura económica desfavorable son mucho mayores. Pensemos que en una hipoteca multidivisa, una coyuntura económica desfavorable puede fácilmente implicar que, manteniendo la solvencia que se tenía en el momento de la contratación de la hipoteca, no se pueda hacer frente al pago de las cuotas que se devenguen.

No puede pasarse por alto otra cuestión: si los ciudadanos que contrataron una hipoteca multidivisa hubiesen sido plenamente informados, difícilmente afrontarían riesgos semejantes para la financiación de su propia vivienda. Sin embargo, el número de titulares de una hipoteca multidivisa en España y en Europa no es para nada marginal.

El hecho de que la mayor parte de estas hipotecas se contrataran cuando el Euribor tenía una tendencia al alza y superaba holgadamente los tipos de interés del yen y el franco suizo, es un indicio de que dichos ciudadanos no estaban bien informados cuando contrataron su hipoteca, de que estaban contemplando tan sólo uno de los dos factores, probablemente aquel en el que incidieron más los bancos: la posibilidad de pagar un tipo de interés mucho más bajo que el Euribor. Hubo un más que probable descuido del otro factor: la posibilidad de que la cuota hipotecaria se viese sustancialmente incrementada por la fluctuación del tipo de cambio y de que no pudiese ser asumida manteniendo el nivel de ingresos, algo más que probable a lo largo de la vida del contrato. Ello está motivando un número importante de demandas judiciales que tiene visos de aumentar a medida que el euro se vaya depreciando.

 

 

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