Nueva huida hacia adelante del Gobierno frente a las participaciones preferentes

En el día de ayer, han sido muchos los telediarios que han incluido el pacto PP-PSOE sobre participaciones preferentes como uno de los principales hechos noticiables de la jornada.

Aparentemente, se les abre el cielo a los afectados por este nefasto producto financiero. Sin embargo, las cosas no son lo que parecen. Encierran una realidad sombría, incierta y tan decepcionante como las supuestas soluciones precedentes, que luego han quedado en nada.

¿Por qué consideramos que la noticia no nos permite ser optimistas en absoluto?

(1º) Porque ese acuerdo cerrado en los despachos de los políticos, tiene que recorrer una mínima tramitación legal, que lo convierta en norma jurídica que efectivamente obligue. Y eso significa tiempo (otra vez, tiempo, que no es lo que se persigue, si no dinero, indemnización y resarcimiento).

(2º) Lo esencial del acuerdo es la supuesta creación de un nuevo órgano (comisión, se ha dicho) que filtre qué casos acceden al arbitraje y cuáles no. Habrá que ver quién compone dicho órgano, qué consecuencias tiene solicitar que nuestro caso sea incluido en su orden de asuntos y, sobre todo, qué recursos cabrán frente a una decisión denegatoria del acceso al posterior arbitraje. ¿Quedará abierta la posibilidad de acudir a los tribunales civiles? Todo esto no se sabe.

(3º) El peculiar “arbitraje” instaurado por el Gobierno para intentar una solución extrajudicial del problema ahí sigue. Eso no ha cambiado lo más mínimo. Y el tal arbitraje se las trae, se enfrente por donde se enfrente…

(4º) Bien mirado, no se ha ganado nada, sino que más bien se ha perdido. El contenido de este nuevo acuerdo significa poner un filtro más, una traba más, para llegar a un arbitraje del que se puede salir perdiendo, sin opciones, entonces, de acudir a los tribunales civiles. Vamos, una traba, para alcanzar otra traba, que puede desembocar en un “no” rotundo. Y, entonces, la nada.

(5º) Parece que nuestros políticos piensan que, con estas noticias, la plataforma de afectados se aquietará, pensando que “ahora, sí” se les va a proporcionar una solución efectiva y definitiva. Así que nuevamente nos encontramos ante una nueva “huida hacia delante”.

(6º) Y mientras pasen los meses, y los años, las entidades financieras implicadas se van preparando para esgrimir un argumento jurídico que, quizás, prospere: “lo lamentamos Sr., su reclamación frente al Banco, la Caja o quien sea, ha prescrito”.

 

 

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